“Lo que yo le diga. Aquí y allá todo el mundo pía, todos lo controlan todo, pero nadie sabe nada. Fijo. Por eso le he pedido que viniera. Porque quiero contarle lo que pasó.”
Así empieza Palito su relato de lo ocurrido en su barrio. Violencia, deseos frustrados, marginación, todo narrado en una impactante novela.
Palito es algo así como el bufón del mandamás de su barrio. Con sus inseparables amigos, el Tostao y el Topo, callejea por esa zona de la ciudad donde, durante mucho tiempo, el Gandhi, cutre y decadente capo local, ha mandado sobre la vida y la muerte de sus habitantes.
El Palito, el Tostao y el Topo tocan la guitarra y son requeridos por el Gandhi para tocar y cantar en sus fiestas, por lo que están enterados de todos los manejos de ese oscuro personaje que señorea en el barrio.
Los tres chavales serán testigos del enfrentamiento del Gandhi con el Nen, un Hamlet del arroyo que sólo piensa en ajustar cuentas sea como sea con aquellos que hace años condenaron a su padre, el Guacho.
El marco donde se desgrana esta tensa tragedia es un barrio donde, en sucesión vertiginosa, ocurren historias divertidas pero escalofriantes, interminables fiestas al compás de las guitarras y los tiroteos y súbitas cuchilladas en el primer callejón.
El argumento
«El triunfo» utiliza como columna vertebral partes del «Hamlet» de Shakespeare: la venganza, el hijo que se siente traicionado por todos y especialmente por su madre, la desaparición del padre, etc.
El autor conjuga esos elementos con un entorno que le era conocido, unas historias que había oído mil veces y la música de la rumba catalana.
El marco de la historia es un barrio marginal en transformación a causa de la llegada masiva de inmigrantes africanos y árabes, las excavadoras que ejecutan la demolición de manzanas enteras y las reyertas entre clanes por el control de la droga.
Con estos elementos construye Casavella una fábula que se sustenta sobre el personaje de Palito, que cuenta lo que vio y lo que vivió, buscando que, de algún modo, el texto se convierta en su salvación o en su confesión.
En el capítulo inicial de la novela, Palito nos cuenta la sangrienta reyerta que tiene lugar en un aparcamiento.
Te aseguro que es una escena que no te va a dejar indiferente. A mí me puso los pelos de punta.
A continuación, Palito empieza su relato de cómo se ha llegado a esa trágica escena. A pesar de que ya te han contado el final en las primeras páginas, no puedes dejar de leer y asombrarte de hasta qué punto es posible que una sola persona controle absolutamente todo lo que ocurre en el barrio…y hasta qué punto pueden todos considerarlo normal.
Pero las situaciones no son eternas, otra generación va ganando terreno y el Gandhi será relevado por otro capo que ya adivinamos que no será muy distinto de él.
Un final sangriento, como no podía ser de otra manera.
Mientras el Palito va desgranando su relato, otros capítulos intercalados nos cuentan la historia del Gandhi.
Esta novela fue escrita hace años y el barrio que describe ya no es así, afortunadamente, pero no puedes dejar de pensar que, sin duda, en muchos lugares persisten situaciones como ésa.
No te explico más para no hacer spoiler, aunque ya te digo que si empiezas la novela, en tres páginas ya conocerás el final de la historia.
El autor
Esta deslumbrante novela fue el debut en 1990 de Francisco Casavella (Barcelona, 1963-2008).
Su nombre real era Francisco García Hortelano. Él mismo decía que leyó y admiró las obras de Juan García Hortelano (con el que no tenía ningún lazo de parentesco) y eso le empujó a convertirse en escritor. Sin embargo, decidió utilizar el apellido Casavella (que era el de su abuelo) para evitar confusiones.
Con la publicación de “El triunfo”, este autor ponía los fundamentos de un fenomenal y personalísimo edificio narrativo. Su prosa es magnífica, capaz de ser coloquial y lírica a la vez, exhibiendo una destreza pasmosa. No sabes bien si estás leyendo una novela policíaca o costumbrista.
Los críticos comparaban a Casavella con Juan Marsé. Sin embargo, un infarto a los 45 años, truncó su vida demasiado pronto para llegar a ser reconocido como el gran escritor de la Barcelona contemporánea que seguramente hubiera sido.
“El triunfo” ganó el Premio Tigre Juan en 1991, y le siguieron:
- Quédate, 1993
- Un enano español se suicida en Las Vegas, 1997
- El secreto de las fiestas, 1997
- El día del Watusi, 2002
- Lo que sé de los vampiros, Premio Nadal 2008
Sus ensayos y colaboraciones en prensa fueron recopilados en el volumen «Elevación, elegancia y entusiasmo» (2009).
Su obra ha merecido los más grandes elogios y ha sido traducida a varios idiomas.
Más información sobre Francisco Casavella en este artículo de El Periódico de Catalunya.
Más información sobre sus obras en la web de la Editorial Anagrama.
¿Conocías tú a Francisco Casavella?