Tannöd, el lugar del crimen

Título original: Tannöd
Año: 2005
Autora: Andrea Maria Schenkel
ISBN: 978-84-233-4022-4

Encontré esta novela por casualidad un día que curioseaba en la biblioteca. Y os aseguro que no me defraudó.

Es una novela corta, de poco más de 150 páginas, que se lee en un vuelo y te deja con la boca abierta.

La trama se basa en el caso real de la familia Danner, violentamente asesinada el 31 de marzo de 1922, en una granja a 70 km al norte de Munich. Los seis habitantes de la finca fueron atacados con un pico o herramienta similar, y nunca se identificó al asesino.

Un crimen real

Las seis víctimas fueron Andreas y su esposa Cäzilia, su hija viuda Viktoria y los dos hijos de ésta, Cäzilia de 7 años y Josef de 2, además del ama de llaves Maria.

Pocos días antes, el granjero habló a un vecino sobre unas huellas en la nieve que iban del bosque hasta la casa, pero sin que hubiera marcas de regreso hacia el bosque. También dijo haber oído pisadas en el piso superior, y parece que un juego de las llaves de la casa se había perdido unos días antes de los asesinatos.
Seis meses antes, la anterior ama de llaves dejó la casa, aduciendo que estaba embrujada. La nueva criada había llegado a la granja justo el 31 de marzo, pocas horas antes del crimen.

La investigación

Nunca se supo cómo ocurrió todo. El martes siguiente, dado que nadie había visto a la familia en varios días, unos vecinos se dirigieron a la granja y descubrieron los cadáveres.

La policía encontró algunos indicios inesperados. La fecha de las muertes fue el viernes 31 de marzo, pero algunos testigos habían visto humo saliendo de la chimenea durante todo el fin de semana. Era evidente también que alguien había comido y dormido recientemente allí. Además, todo el ganado y demás animales estaban bien alimentados, y las vacas habían sido ordeñadas.

En un principio se presumió que el motivo pudo haber sido un robo que terminó con el asesinato de la familia, ya que se trataba de una familia adinerada. No obstante, esta teoría se descartó rápidamente al encontrar gran cantidad de dinero en la casa, así como algunas joyas.

Después, la policía comenzó a sospechar que los asesinatos tenían un móvil pasional. Las sospechas recayeron sobre un hombre que había sido un pretendiente de Viktoria. Pero nunca hubo evidencias concretas, así que ni siquiera fue detenido.

Cartel de la película Tannöd, dirigida en 2009 por Bettina Oberli
Cartel de la película Tannöd, dirigida en 2009 por Bettina Oberli

Una familia muy singular

El granjero era impopular entre sus vecinos, que le consideraban arisco y malhumorado. Su reputación empeoró cuando sus vecinos lo acusaron de tener relaciones sexuales con su hija Viktoria, cuando era aún una niña de 16 años.

En una ocasión fueron pillados in fraganti y denunciados por una criada. Lo sorprendente, desde nuestro punto de vista actual, es que ambos fueron condenados a prisión en 1914. Al padre se le sentenció a un año y a la hija a un mes.

Los vecinos especulaban que el padre del hijo menor de Viktoria era precisamente el abuelo.
La familia no hacía vida social y era considerada como “un poco especial” por sus vecinos.

Foto de Andrea Maria Schenkel
Andrea Maria Schenkel en la Feria del Libro de Frankfurt

La novela

En la sinopsis nos dicen que “Aún hoy, el apartado caserón de los Danner en Tannöd se conoce como el caserón de la muerte”. Pero lo cierto es que la granja fue demolida al año siguiente de los homicidios, en 1923. Cerca de donde se encontraba la granja, ahora hay un santuario.
En la novela también cambia la época, y sitúa la acción en los años 50.

Pero aparte de estas licencias, la autora nos ofrece un relato muy fiel a los hechos conocidos.

La novela se estructura como una serie de respuestas de varios lugareños que, espoleados por las preguntas de alguien (suponemos que ha de ser la narradora), desgranan su opinión sobre los Danner, una familia con graves secretos ocultos durante mucho tiempo.

Por medio de una prosa inquietante, Andrea Maria Schenkel recrea la vida rural de una pequeña aldea aislada en Baviera. Nos encontramos en un lugar inhóspito, retratado con una crudeza tal que hasta sentimos el frio y el miedo que destilan sus habitantes.

Se nos ofrece una originalísima novela negra sin comisarios ni detectives, un relato que arrastra al lector y lo sumerge en la niebla de una comunidad opresiva, haciéndole testigo de las sórdidas relaciones entre sus habitantes.

La escena del crimen se reconstruye por boca de unos personajes atemorizados y desconfiados que se esconden detrás de una cierta reserva, o que se defienden con la más descarnada sinceridad.

Todos ellos han sido de alguna manera testigos del asesinato de una familia entera, y a lo largo de la investigación tenemos la certeza de que el criminal es uno de ellos.

La autora

Andrea Maria Schenkel era una perfecta desconocida cuando escribió esta novela.

Fue una verdadera revelación en Alemania: publicado por una pequeña editorial, su éxito de ventas fue extraordinario y obtuvo el prestigioso Deutscher Krimi Preis 2007, el Premio Friedrich-Glauser 2007 a la primera obra, fue nominado al premio de los lectores Corine 2007 y finalista del Premi Llibreter 2008.

Ha publicado una segunda obra: El expediente de Josef Kalteis, que también se ha traducido a numerosas lenguas extranjeras.

¿Te animas a leerla?

Portada de El expediente de Josef Kalteis

Más información en el sitio web de Andrea Maria Schenkel

2 comentarios en «Tannöd, el lugar del crimen»

  1. Unas huellas en la nieve que no tienen camino de retorno…. Vaya, cuando leí «Se lo que estás pensando» de John Verdom, me pareció una gran idea, pero veo que todo -o casi- está ya inventado.
    Me dan ganas de leer «Tannod» porque acabo de leer una novela que creo tiene bastantes puntos en común: «Grossir le ciel» de Franck Bouysse, una novela negra sin un sólo policía ni detective, cuya acción pasa en una región inhóspita (aqui son Les Cévennes, en Fancia) y que describe una atmósfera opresiva, casi violenta (bueno, sin el casi).
    Cuando lea Tannod ya te diré si tienen anto en común como parece…o lees tu «Grossir..» y me lo cuentas.
    Saludos

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