Título original: 1922
Año: 2017
Plataforma: Netflix
Dirección y guión: Zak Hilditch
Novela: Basada en el relato “1922” de Stephen King, del libro Todo oscuro, sin estrellas (Full Dark, No Stars), publicado en 2010,
Un granjero decide asesinar a su mujer y convence a su hijo adolescente para que le ayude. Con el tiempo, se dará cuenta de que no era tan buena idea como creyó.
Un escritor terrorífico
El motivo por el que vi esta película es que está basada en una obra de Stephen King. Así de claro. No me gustan realmente los relatos de terror con aparecidos y esas cosas, pero no sé, Stephen King tiene algo que me atrae. Tiene la culpa su genial manera de escribir, seguramente.
De entre sus historias, las que más me gustan son las que muestran personajes acechados por su propia mente y los fantasmas que sólo están en su imaginación.
Aquí la que tiene el dinero es ella
La historia empieza por el final: Wilf James (interpretado por Thomas Jane) está escribiendo su confesión de un crimen que cometió en la granja familiar en 1922.
El granjero nos explica en primera persona cómo y por qué mató a su mujer Arlette (Molly Parker).
La pareja lleva tiempo discutiendo sobre si deben vender las tierras que ella heredó de su familia, y el desacuerdo es absoluto. Arlette quiere vender todo y mudarse a la ciudad para abrir una tienda de ropa. Wilf, que desprecia la vida de la ciudad repite que el orgullo de un hombre es su tierra, y se opone firmemente.
Su único hijo, Henry, está de fábula en el campo, se ha echado una novia y no le apetece nada, nada irse de allí.
Llegan a hablar de divorcio y Arlette insiste en que Henry vendrá con ella a la ciudad. Wilf manipula a Henry y le convence de que lo ayude a asesinar a su madre, insistiendo en que ella habla mal de su romance, y tiene intención de separarlos.
Por fin, acaban matándola de manera abominable (bueno, es que no hay manera amable de cargarte a tu mujer) con un cuchillo de carnicero. Y dicen a todos que ella se marchó a la ciudad dejándolos atrás. En esa época a nadie le parece extraño y ni siquiera se abre una investigación.
Pero Wilf no ha contado con un castigo que no es el de la justicia…, ni con las ratas. La muerte de Arlette será el principio de una tenebrosa historia.
En fin, mejor no sigo porque ya sería demasiado spoiler.
Al final, todos quedamos atrapados
La película es una adaptación fiel e interesante del relato de King, y cuenta con una acertada dosis de suspense. Se nos muestra el gran peso que el protagonista arrastra sobre sus hombros gracias a las ratas, que aparecen como metáfora de la culpa por el pecado cometido, y de esa angustia que le hunde.
No es una película aterradora para el espectador, pero sí que te lleva de la mano sumergiéndote en una intriga envolvente hacia un desenlace impactante.
La interpretación de Thomas Jane es la mejor en años.
En la escena final, magistral, acaba reconociendo que “Al final, todos quedamos atrapados”.
Recuerdo cuando vi Carrie, que me impactó mucho. Tenía 18 años y era la primera vez que iba al cine por la noche, con una amiga que se quedaría a dormir en casa. Salimos del cine con tal susto, que fuimos corriendo todo el trayecto hasta llegar a casa. Con susto y risa histérica hasta meternos en la cama y taparnos la cabeza para sentirnos a salvo, como los avestruces.
Sí, King es un maestro para crear terror.
A mí me gustan más los relatos que no son tan terroríficos, aunque Carrie es uno de mis favoritos.
Contradicciones que tiene una.
Gracias por tu comentario.