La calle Morgue

Seguro que has oído hablar de Los crímenes de la calle Morgue.
Es una narración de unas treinta páginas que se lee en un suspiro. Sí que es cierto que el lenguaje puede sonar un poco trasnochado (ten en cuenta que se publicó hace casi dos siglos), pero es una historia que engancha.

Edgar, el influencer

Edgar Allan Poe está considerado como el precursor de las historias de detectives, aunque su relato más alabado es El gato negro, un cuento de terror. Ese fue el principal género que cultivó en su obra y su maestría fue tal que se le ha llamado el padre del terror.
Pero además tenía una personalidad poco corriente.

Para empezar, fue el primer escritor que intentó hacer de la literatura su profesión, cosa difícil en una época en que no existían los derechos de autor tal como los conocemos actualmente.

Se le considera el inventor del relato policíaco, precisamente por Los crímenes de la calle Morgue, y contribuyó también con varias obras al (entonces) innovador género de la ciencia ficción. Se interesó por temas tan diversos como la criptografía, la cosmología y el mesmerismo (doctrina según la cual la gravedad celestial afecta a nuestro cuerpo igual como afecta a las mareas).

Influyó de manera decisiva en la literatura de su país y de todo el mundo. Su huella se nota en autores tan reconocidos como Fedor Dostoyevski, Franz Kafka, William Faulkner, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Arthur Conan Doyle y otros muchos.

Ha influido también en la cultura popular, a través de la música, la televisión, el cine y el cómic. Por ejemplo, en Televisión Española, el programa Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador, basado en sus obras y emitido entre 1966 y 1982, marcó una época.

Foto de Edgar Allan Poe
«Cree solo la mitad de lo que veas
y nada de lo que oigas»

Una vida un poco agitada

Edgar Poe nació en Boston en 1809, y quedó huérfano antes de cumplir tres años. En la clasista sociedad del sur, ser huérfano era un estigma, y seguramente por eso se ha dicho que nació con mala estrella.

John Allan y su esposa le acogieron, pero nunca lo adoptaron legalmente. Por eso, Edgar añadió Allan a su nombre, pero siguió llevando el apellido de sus padres biológicos.

Desde niño, estuvo familiarizado con el folclore de los criados negros, y creció oyendo historias de aparecidos y magia negra. Era además un ávido lector de los cuentos de terror e historias tan de moda en la época, que sucedían en mansiones en ruinas, rodeadas de maldiciones y fantasmas. Es fácil deducir que todo ese mundo fantasmagórico y opresivo es el que dio paso a sus famosas historias de terror.

Su padrastro le pagó los estudios universitarios sobre leyes y comercio, pero el dinero que le pasaba no era suficiente y Edgar empezó a aficionarse al juego, y luego a la bebida. Edgar era un chico rebelde. Se vio obligado a abandonar la universidad y se alistó en el ejército, donde también tuvo problemas y fue juzgado por desobediencia.

Unos años de estabilidad

En 1831 publicó su obra Poemas, pero pronto vio que si quería vivir de la escritura tenía que dirigir sus esfuerzos a la prosa. Su situación económica mejoró al conseguir trabajo como redactor y crítico en periódicos literarios, como el Graham’s Magazine, cuyas ventas crecieron espectacularmente, en buena parte debido al aporte de Poe.

En esa época, adquirió cierta notoriedad por su estilo elegante y cáustico a la vez, se casó con su prima y se trasladaron a Richmond. Por primera vez en su vida vivía cómodamente y en el seno de una familia feliz. Fue entonces, en 1841, cuando publicó Los crímenes de la calle Morgue. En 1843, El escarabajo de oro obtuvo un éxito extraordinario, y en 1845 escribió El cuervo y otros poemas.

Portada del libro Los crímenes de la Calle Morgue
«El analista halla su placer en esa actividad del espíritu consistente en desenredar.»

El cuervo es sin duda el poema más famoso de la literatura de Estados Unidos. Su publicación le convirtió en un escritor conocido de la noche a la mañana, constituyendo el primer gran éxito popular de su carrera. A partir de entonces, Poe frecuentó los más importantes salones literarios de la ciudad. Sin embargo, no supuso un gran aporte económico, ya que obtuvo solo nueve dólares en total.

Dos años más tarde, en 1847 murió su mujer sumiéndole en un pozo de inestabilidad, alternando periodos de lucidez y entusiasmo con otros de delirio y profunda desesperación. En octubre de 1849, Poe fue hallado en las calles de Baltimore en estado de delirio, y fue trasladado al hospital, donde murió el 7 de octubre.

Tanto los informes médicos, como el certificado de defunción se perdieron y nunca llegó a aclararse la causa de su muerte.

Los periódicos de la época informaron de que se debió a “inflamación cerebral”, el eufemismo que solía utilizarse para los motivos más o menos vergonzantes, como el alcoholismo.

Un colega envidioso

Tras la misteriosa muerte de Edgar, Rufus Wilmot Griswold, un escritor que había demostrado gran aversión hacia Poe durante años, escribió una áspera esquela y logró convertirse de manera inexplicable en su albacea literario, iniciando una intensa campaña para arruinar su reputación, cosa que prosiguió hasta su propia muerte, ocurrida ocho años más tarde.

La famosa maldición que perseguía a Edgar Allan Poe quizá no fue más que una argucia que Wilmot inventó tras su muerte. En la biografía de Poe, Wilmot lo tachó de adicto al alcohol y a los estupefacientes. Pero, según cuentan algunos especialistas, Poe era intolerante al alcohol y el sórdido ambiente de los bares le resultaba muy desagradable.

En cualquier caso, es un hecho que hoy consideramos a Poe un genio, mientras que pocos conocen la existencia de Rufus Wilnot Griswold.

Los crímenes de la calle Morgue

Como os decía antes, este relato se considera la primera historia de detectives moderna. Su autor lo calificó como “cuento de raciocinio”.

El detonante de la historia es el brutal asesinato de dos mujeres en un apartamento en París. Las circunstancias son tan extrañas que la policía se muestra impotente para resolver ese misterio.

Pero aparece Monsieur Auguste Dupin, un joven y avispado caballero que, después de una brillante búsqueda y análisis, nos ofrecerá una explicación satisfactoria y completa del suceso.

Portada del libro Historias de Auguste Dupin

Lo que más le interesa al autor es que sigamos al detective Dupin en ese “proceso de raciocinio” que le conducirá a la resolución del misterio. Esa manera de enfocar la historia es lo que ha llevado a identificarlo como el antecedente directo de las novelas de Arthur Conan Doyle y su personaje Sherlock Holmes.

Y la verdad es que ha creado escuela porque existen infinidad de detectives-héroes como Dupin. A mí se me ocurren estos:

Personaje:                              Autor:

Sherlock Holmes                   Arthur Conan Doyle

Hércules Poirot                      Agatha Christie

Comisario Maigret                 Georges Simenon

Philip Marlowe                       Raymond Chandler

Pepe Carvalho                       Manuel Vázquez Montalbán

Comisario Montalbano           Andrea Camilleri

¿Se te ocurre a ti alguno más?

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