Olga Merino
«No quería perder ni una migaja, ni que el recuerdo distorsionara la experiencia de Moscú. Tenía entonces veintiocho años, y estaba tan disponible ante la vida que cualquier disparate se podía infiltrar en ella y cambiármela».
Olga Merino pasó en Moscú cinco años, en una transición que marcó también un antes y un después en su vida.