Eva Julián 
En 1975, una chica de 15 años desapareció en condiciones misteriosas. En 2008 aparece su cadáver y el famoso escritor Harry Quebert es el principal sospechoso.
Con este caso empieza la trilogía de Marcus Goldman, escrita por Joël Dicker. Luego vendrían El libro de los Baltimore y El caso de Alaska Sanders.
Lo que tradicionalmente conocemos como novela negra nació en Estados Unidos, en torno a 1920, aunque fue bautizada en Europa a partir de 1945, cuando la editorial francesa Gallimard inició la publicación de obras pertenecientes a este género agrupándolas bajo el título de “Sèrie Noire”.
«Mi nombre es Kinsey Millhone. Soy una investigadora privada, con licencia en el estado de California. Anteayer maté a alguien y ese hecho pesa mucho en mi mente.»
Con esa sorprendente declaración comienza la novela de suspense “A de adulterio”. Y la intriga continua hasta llegar a “Y de Yesterday”.
En una estación de esquí del valle de Aosta, aparece un cadáver aplastado por una máquina pisanieves. El sarcástico y arrogante subjefe de policía Rocco Schiavone, recién llegado de Roma, se ocupará del resolver el misterio.
Este singular personaje fue creado por el escritor de novela negra Antonio Manzini, alumno aventajado de Andrea Camilleri.
Los años 20 nunca han sido mejor descritos que en esta novela de F.Scott Fitzgerald. Gatsby estuvo muy enamorado de la hermosa y frágil Daisy Buchanan, que se casó con un joven muy rico.
Pero ahora Gatsby posee una gran fortuna sobre la que todos especulan y está decidido a recuperar a Daisy.
Es el autor de la saga de novelas del inspector Wallander, comisario de la ciudad sueca de Ystad.
Pero Mankell fue mucho más. Además de la intriga y el suspense, cultivó otros géneros. Pasó parte de su vida en Mozambique y algunas de sus obras nos ayudan a conocer la vida en el continente africano.
Cuando hablamos de Rebeca o Los pájaros, inmediatamente pensamos en Hitchcock. Pero pocos saben que estas películas se basaron en novelas de Daphne du Maurier, considerada una maestra del suspense.
Su reconocimiento se debió en gran parte a su mejor lector, Alfred Hitchcock, que se inspiró en sus relatos para algunas de sus mejores películas.
Trece vecinos, propietarios de una montaña en el Pirineo leridano, cerca de Andorra.
Poderosos que se enfrentan.
Intereses, contrabando, extraños asesinatos y sentencias judiciales que incrementan la crispación.
Misterio, intriga y suspense en la vida real.
«Y allí estaba el gran Gus Piamontese, sentado en una silla delante de mí; maniatado, impasible ante el arma que le apuntaba directamente a la cabeza y que sujetaba con dificultad mi temblorosa mano. Su rostro se mantenía imperturbable. El miedo no era para personas como él.
— Te estás equivocando, Mike.»
El título “13” te induce a pensar en los martes y trece (o el viernes trece de los británicos). Piensas que la novela irá de malos augurios y gatos negros y espejos.
Pero no. Este misterio trata de un asesino muy loco y de la imagen que hay en los billetes de un dólar estadounidenses.