¿Acaso no matan a los caballos?

Título original: They Shoot Horses, Don’t They?
Año: 1935
Autor: Horace McCoy

«El juez estaba muy equivocado. Ella no sufrió. Estaba completamente relajada y tranquila, y sonreía. ¿Entonces cómo podía sufrir? Y no estaba sin amigos. Yo era su mejor amigo. Yo era su único amigo.
— Señoría, pedimos la clemencia del tribunal. Este muchacho admite haber matado a la chica, pero para hacerle un favor personal.»

Publicada en 1935, la novela “¿Acaso no matan a los caballos?” marcó la pauta que acompañaría toda la obra de Horace McCoy. En sus novelas, inmersas en un ambiente crudo y realista, denunció los abusos de los poderosos sobre los débiles. En toda su obra, vemos la mezquindad de los que abusan de los privilegios de su posición y la lucha de los oprimidos rebelándose contra esa situación.

El protagonista de “¿Acaso no matan a los caballos?” es el joven Robert Syberten, que va recordando los sucesos que le han conducido ante el tribunal, mientras el juez pronuncia su condena a muerte.

El argumento

Robert ha llegado a Hollywood sin un céntimo, pero con grandes esperanzas de triunfar como director de cine, cuando conoce por casualidad a Gloria, una muchacha deprimida y desilusionada que también va en busca de fortuna.

No tienen una relación de pareja, no se quieren. Simplemente los mantiene unidos la miseria. Ambos se encuentran en un callejón sin salida, así que ella propone que participen en una maratón de baile.

Portada de la novela ¿Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy

Se trata de un concurso para parejas, en el que se dispone de diez minutos de descanso por cada hora. Los otros cincuenta minutos son para bailar, o al menos moverse sin parar.

Los diez minutos de descanso son también para dormir y asearse. Han de continuar así durante días y días hasta que sólo haya una pareja que consiga mantenerse en pie.

El premio es de mil dólares para la pareja ganadora. Gloria y Robert no es que confíen en ganar, pero participar equivale a casa y comida asegurada mientras dure el concurso. Para ellos, eso ya es un premio.

Al cabo de 752 horas de competición (¡más de un mes!), sólo quedan en la pista 26 de las 140 parejas que comenzaron. Alrededor, la muchedumbre de espectadores, la música, los gritos de los locutores, las apariciones de figuras de Hollywood.

Además, cada noche, los bailarines agotados corren una carrera alrededor de la pista. El público grita de contento, y los competidores se consumen, degradados y embrutecidos, mientras la maratón sigue y sigue. Hay que resistir como sea. Los que caen o se desmayan son despertados con un jarro de agua fría porque el espectáculo debe continuar.

Lo que para Robert y Gloria comienza como una desesperada forma de subsistencia, acabará convirtiéndose en una tragedia.

Y hasta aquí te puedo contar, aunque me temo que ya te imaginas cuál es el final.

La acción de la novela se describe mediante frases cortas y precisas. Los personajes viven en un mundo de locura y la miseria les obliga a continuar, a caer cada vez más bajo, pero seguir viviendo.

El mérito de ¿Acaso no matan a los caballos? consiste sobre todo en su capacidad de describir una situación absurda y sumergir al lector en ese mundo de alienación colectiva capturando la brutalidad del esfuerzo por la supervivencia.

Portada del libro "Romans noirs", novelas de Horace McCoy

El autor

Horace McCoy nació en Tennessee en 1897. Fue, pues, contemporáneo de Dashiell Hammet o Raymond Chandler y, como ellos, publicó trabajos en la revista Black Mask, aunque su fama es mucho menor.

De este género de novelas, llamadas hard-boiled, ya te había hablado en un post anterior titulado ¿Sabes qué significa hard-boiled?

Las novelas de McCoy están ambientadas en el periodo de la Gran Depresión. En esa época, McCoy se trasladó a Los Ángeles en un intento por ser actor, igual que el protagonista de “¿Acaso no matan a los caballos?”.

Otras novelas con elementos autobiográficos son “I should have stayed home”, traducida como “Debería haberme quedado en casa” y “No pockets in a shroud”, traducida como “Los sudarios no tienen bolsillos”.

Portada de la novela Los sudarios no tienen bolsillos, de Horace McCoy

Destacaría también su novela negra “Kiss Tomorrow Goodbye”, publicada en 1948, traducida como “Despídete del mañana”.

En las novelas de Horace McCoy, la violencia se genera siempre desde una situación de degradación económica. La denuncia de esta situación le causó dificultades para la publicación de sus novelas, que a veces sólo se publicaban inicialmente en el Reino Unido y tardaban diez o más años en ver la luz en Estados Unidos.

McCoy escribió también muchos guiones para Hollywood y colaboró con algunos de los mejores directores de la época, como Henry Hathaway, Raoul Walsh o Nicholas Ray.

Las novelas de McCoy en el cine

Su novela más conocida es precisamente “¿Acaso no matan a los caballos?”, que dio origen a una película del mismo título estrenada en 1969. Sin embargo, en España, se tituló “Danzad, danzad, malditos”.

El director fue Sydney Pollack y los papeles protagonistas fueron interpretados por Jane Fonda y Michael Sarrazin.

Carátula de la película "Danzad, danzad, malditos"

Otra de sus novelas, “Kiss Tomorrow Goodbye” (“Despídete del mañana”), fue también un éxito de crítica que contó con su correspondiente adaptación al cine.

En España se estrenó con el título “Corazón de hielo” (Ay, esa manía de cambiar los títulos).

En esta ocasión, fue Gordon Douglas el director y los protagonistas fueron James Cagney, Barbara Payton y Helena Carter.

¿Conocías esta novela? ¿Has visto la película?

Más información sobre las novelas de Horace McCoy en la web de iberlibro.
Más información sobre las películas y los trabajos para el cine de Horace McCoy en la web de Sensacine.

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